Producción Nacional
- marketing43138
- 24 abr
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Volumen mínimo de producción
Uno de los principales puntos a tomar en cuenta al elegir entre producción nacional e importada es el volumen mínimo requerido por cada modalidad. En la producción nacional, el mínimo que se maneja es de 300 piezas por modelo, siendo el tamaño estándar de referencia de 30 centímetros. Este tamaño no es arbitrario: está determinado por la optimización de los procesos productivos y el equilibrio entre detalle visual, funcionalidad y costo.
Cuando se desea realizar peluches de tamaños menores, por ejemplo de 25 centímetros, es posible, pero implica un incremento en la cantidad mínima, ya que los procesos se vuelven menos rentables por unidad. En este sentido, mientras más pequeño es el producto, mayor debe ser el volumen de producción para que sea viable.
Tiempos de entrega
Otro aspecto determinante al elegir entre producción nacional o importada es el tiempo de entrega. Cuando hablamos de producción nacional, el plazo estimado de entrega es de entre 25 y 35 días para pedidos menores a 1,200 piezas. Este tiempo se considera bastante competitivo dentro del mercado, ya que permite responder con rapidez ante nuevas oportunidades de negocio, lanzamientos de temporada o reposición de inventario.
En contraste, la producción importada puede tardar entre 120 y hasta 180 días, dependiendo del país de origen, los tiempos de embarque, aduanas y otros factores logísticos. Esto obliga a planificar con mucha más antelación, lo cual puede ser un desafío para quienes manejan productos de alta rotación o que dependen de campañas publicitarias o eventos específicos.
Calidad y materiales
En términos de calidad, tanto la producción nacional como la importada pueden ofrecer buenos estándares, pero hay diferencias importantes a destacar. En la producción nacional, se trabaja con materiales de buena calidad, y existe mayor control durante el proceso de diseño y manufactura. Esto permite hacer ajustes rápidos, supervisar el detalle del producto y mantener una comunicación constante con el equipo de producción.
Además, al tener cercanía geográfica con la fábrica, es más fácil realizar revisiones de prototipos, pruebas de calidad o incluso modificar detalles del diseño si fuese necesario. Esto da una gran ventaja a quienes buscan desarrollar productos personalizados o series limitadas.
Por otro lado, en la producción importada, aunque también se puede acceder a materiales de buena calidad, el control suele estar más limitado. Esto es lo que puede generar la distancia en la toma de decisiones o dificultar cambios de último minuto. Aun así, la producción importada puede ser ideal cuando se trata de modelos estandarizados, con procesos bien definidos y necesidad de grandes volúmenes.
Flexibilidad en el diseño
Una gran ventaja de la producción nacional es la flexibilidad creativa. Al tratarse de pedidos de menor volumen y tiempos más cortos, es posible probar diferentes diseños, lanzar colecciones pequeñas o incluso producir modelos personalizados para eventos, marcas o campañas promocionales. Esto abre una ventana interesante para las marcas que buscan diferenciarse por medio del diseño.
En cambio, la producción importada está pensada para líneas más estables y diseños ya definidos. Si bien se pueden realizar prototipos y adaptaciones, el proceso suele ser más largo y costoso. Por lo tanto, este modelo conviene cuando ya se tiene claro qué producto se quiere fabricar, y se está en condiciones de producirlo a gran escala.

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